7 de diciembre de 2014

El Indiano

En esta corta novela, se nos narra la vida de un componente de esa especie, ya extinguida, que fueron los indianos, aquellos aventureros emprendedores que, a su vuelta, plantaron en sus lugares de origen unas magníficas y ostentosas mansiones. Ejemplos de estas casas las tenemos por toda nuestra geografía pero donde más he visto ha sido en Galicia, Asturias, Cantabria y Navarra.


De vuelta a España, Tarsicio Báguena se casa con Beatriz, mujer altiva y de mucho carácter, que acaba con sus ilusiones, a la que construye una magnífica mansión con la fortuna alcanzada allende los mares. Inmerso en una trama de especulación inmobiliaria en la costa del Mediterráneo y de blanqueo de capitales, Tarsicio comienza a desgranar las peripecias de su existencia a Paco, su chofer, amigo y colaborador fiel. Tras una infancia en la que se ve perseguido por su maestro, un falangista pederasta, huye al matarlo accidentalmente en una reyerta. Se asocia con un charlatán como los que conocimos antaño, seguidores de León Felipe, del que aprende las técnicas de convicción. A la muerte del viajante, se enrola en la legión y de nuevo se ve acosado por un lascivo cabo, por lo que tiene que convertirse en desertor. Huye a Méjico se asocia con un panadero y da muestras de sus dotes emprendedoras. Hace fortuna y vive el mundillo de los pintores como Diego Rivera, conoce a Azucena, una falsificadora de pinturas. Su fortuna se va incrementando. También Argentina es escenario de sus correrías, lugar donde conoce a Paula. Finiquitado el asunto del pelotazo inmobiliario del levante español, se queda solo ante el fallecimiento de su esposa debido a un tumor cerebral. Cuando se le detecta un cáncer de próstata pierde todas las ganas de vivir, se da cuenta que su vida sentimental ha sido un fracaso, a pesar las cinco mujeres que han pasado por su vida, y el relato termina con su fallecimiento.

La novela se lee fácil debido a su historia muy verosímil dentro de la ficción. Está muy bien estructurada y los diálogos no son forzados sino que fluyen plácidamente. Una lectura muy agradable, nada pesada en sus doscientas sesenta y nueve páginas en las que el autor nos muestra su erudición en algunos aspectos puntuales, sin que esto sea un obstáculo para la narración sino que, al contrario, la enriquece.

Cenzano en su despacho. Foto de perfil de FB

José Manuel Cenzano Catalán, médico pediatra jubilado, nació en Tudela (Navarra), donde ejerció su oficio, gozando de un gran prestigio no solo profesional, que también, sino por el amable trato que propiciaba a los niños, sus pacientes. Fue el pediatra de mis hijos a los que explicaba jocosamente la procedencia de nuestro apellido.

Alterna, desde hace muchos años, publicaciones medico-científicas con otras propiamente literarias. Es autor de varios ensayos, cuentos y novelas entre las que se encuentran Cuarto creciente en el lado oculto de la luna, El tren, Cara o cruz, Nostalgia en gris, Víctima del pasado, El indiano, que ahora nos ocupa y la más reciente Un paso atrás, cuya lectura tengo pendiente.  

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